Lubrín
Situado en la parte más oriental de la sierra de los Filabres, Lubrín es un pueblo blanco salpicado del colorido de los geráneos que adornan sus calles. Su campo produce almendra de gran calidad y la frescura de sus pastos y el aroma de sus montes produce la leche que va a parar a sus queserías que dieron gran prestigio y nombre a Lubrín, al igual que la crianza del caprino de gran calidad, que abastece a una de las cooperativas más importantes de Andalucía.
Su fiesta principal es en honor a San Sebastián, declarada de interés Turístico Andaluz. Se celebra el 20 de enero, donde rosquillas de pan caen de los balcones al paso de la imagen del santo. Al final de la fiesta el pan se come en un almuerzo colectivo en la plaza, con la congregación de miles de personas.Parece ser que esta fiesta se inició con la recuperación de las cosechas de cereales después de años de pobreza, y por tanto pretende ser un acto religioso de ofrenda a los más necesitados como cumplimiento de una promesa colectiva por un bien recibido. El segundo fin de semana de agosto se celebra la fiesta del emigrante, y en octubre la feria dedicada a la Virgen del Rosario.
En sus pedanías también hay fiestas, El Marchal celebra también a San Sebastián y Moros y Cristianos en enero, Rambla Aljibe a San Juan en junio, El Pocico hace en agosto las fiestas del Emigrante, El Chive a Santiago en julio, y El Pilar a la Virgen del Pilar, en octubre.
Cada miércoles el municipio celebra su tradicional mercado donde se pueden comprar los productos para su cocina tradicional, que tiene las características de un lugar de interior pero cercano al mar. Sus platos típicos son, entre otros, los elaborados con la matanza del cerdo, la carne de cabrito o la caza. Predominan los potajes, guisos y asados. Destacan los gurullos con perdiz, el trigo, los fideos con pescado o el potaje de verduras.
Merece la pena visitar la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, edificios nobles del siglo XIX, calles y rincones con encanto, el mirador que se alza en lo más alto del municipio o yacimientos arqueológicos como los de la Cueva del Murciélago. Una empresa de turismo activo presta sus servicios para optimizar esta visita.
Su fiesta principal es en honor a San Sebastián, declarada de interés Turístico Andaluz. Se celebra el 20 de enero, donde rosquillas de pan caen de los balcones al paso de la imagen del santo. Al final de la fiesta el pan se come en un almuerzo colectivo en la plaza, con la congregación de miles de personas.Parece ser que esta fiesta se inició con la recuperación de las cosechas de cereales después de años de pobreza, y por tanto pretende ser un acto religioso de ofrenda a los más necesitados como cumplimiento de una promesa colectiva por un bien recibido. El segundo fin de semana de agosto se celebra la fiesta del emigrante, y en octubre la feria dedicada a la Virgen del Rosario.
En sus pedanías también hay fiestas, El Marchal celebra también a San Sebastián y Moros y Cristianos en enero, Rambla Aljibe a San Juan en junio, El Pocico hace en agosto las fiestas del Emigrante, El Chive a Santiago en julio, y El Pilar a la Virgen del Pilar, en octubre.
Cada miércoles el municipio celebra su tradicional mercado donde se pueden comprar los productos para su cocina tradicional, que tiene las características de un lugar de interior pero cercano al mar. Sus platos típicos son, entre otros, los elaborados con la matanza del cerdo, la carne de cabrito o la caza. Predominan los potajes, guisos y asados. Destacan los gurullos con perdiz, el trigo, los fideos con pescado o el potaje de verduras.
Merece la pena visitar la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, edificios nobles del siglo XIX, calles y rincones con encanto, el mirador que se alza en lo más alto del municipio o yacimientos arqueológicos como los de la Cueva del Murciélago. Una empresa de turismo activo presta sus servicios para optimizar esta visita.
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